Mario Roso de Luna
A Mario Roso de Luna se le considera astrólogo más que astrónomo aunque lo que más le hubiera gustado ser y sobre lo que más investigó y publicó en este terreno fue sobre astronomía. También se le considera más ocultista y mago que científico aunque era licenciado en Ciencias Fisicoquímicas, y muchos le tildan de pitagórico y filósofo aunque su doctorado académico en la Universidad Central de Madrid fuera en Derecho. Lo cierto es que aquí dejaremos constancia de las cualidades que le adornaban desde niño como astrónomo, confirmadas internacionalmente cuando se le reconoce la prioridad en varios descubrimientos, sin disponer de observatorios bien dotados ni con más influencia social que la que podía tener un joven investigador que hasta los treinta y dos años tenía su domicilio en un pueblo cacereño llamado Logrosán, que algunos creían Logroño. También fue el mayor propagandista de la teosofía palabra permanente en sus escritos, masón, arqueólogo, músico, autor de más de treinta libros y periodista.Señalar algunas de las facetas principales a las que dedicó su vida, con especial dedicación a cuanto rodea el nacimiento, vida y muerte de las estrellas, es el objetivo de este libro. Libro preparado con cierta premura por Esteban Cortijo, nacido setenta años más tarde bajo el mismo cielo y rodeado por el mismo paisaje que le recibió a él, con el fin de que el extremeño Mario Roso de Luna sirva de guía e inspiración para todos aquellos que aprenden a conocer y amar las estrellas bien en solitario o bien cuando participan en programas, como Extremadura, Buenas noches, que van sembrando de miradores y observatorios las regiones españolas con escasa contaminación lumínica.