Deán Charle
O se tiene un libro en las manos, se cree que ha sido fácil el proceso de elaboración; sobre todo cuando el material no es muy extenso, o cuando no es una obra de investigación científica. Sin embargo, la creación de una obra literaria no es nada fácil. Para esto hay que pensar, analizar, investigar, producir, borrar y reproducir; para tener un producto de calidad y de impacto. Cuando hablamos de impacto quisiéramos decir transformación, cambio y renovación. No todo mundo escribe pensando en afectar al lector; algunos sólo piensan en entretener a quien tiene contacto con su obra; sin embargo, en tiempos convulsionados por la violencia, los antivalores, la corrupción y la maldad, es pertinente detenerse y pensar en nuestra generación, la de nuestros hijos, nuestros nietos y un poco más allá. La presente obra es idónea para cumplir los propósitos que hemos mencionado, pues, en ella se encuentran los elementos necesarios para transformar los sentimientos, las acciones y el derrotero de nuestra juventud.